Sucesión en el PSOE: lecciones del pasado
Corría el año 1993 cuando Felipe González se despedía para siempre de la mayoría absoluta. Y con él, desde entonces, el PSOE. Fue un duro golpe, pero no tanto como el que vaticinaban las encuestas. “He entendido el mensaje” afirmó aquella noche el líder socialista tras conocer el resultado. Lo cierto es que no lo entendió. La mala gestión de los casos de corrupción, la sombra de la guerra sucia contra ETA, una complicada situación económica y la fuerte presión mediática desangraron a aquel PSOE acostumbrado a gobernar sin apreturas parlamentarias. Lo de 1996 fue ya una derrota. Dulce, pero derrota al fin y al cabo. Y tras ella, el precipicio. Felipe González no supo gestionar el fin de una etapa y a pesar de renunciar por sorpresa a la secretaría general en el Congreso Federal del año 97, quiso seguir ejerciendo su poder en el partido. Fue González quien promovió la candidatura de Joaquín Almunia como su sucesor al frente del PSOE y quien, a pesar de ello, amagó durante varios meses con la posibilidad de volver a encabezar la candidatura socialista para las generales. Después llegarían las primarias. La historia es conocida: victoria de Josep Borrell, a pesar del apoyo de Felipe a Almunia, y posterior dimisión del dirigente socialista catalán tras una complicada bicefalia y una vínculación tangencial con un caso de corrupción. Animado por González, Almunia acabó presentándose a las generales del año 2000 sin un proyecto renovado, sin ilusión. El resultado, la primera mayoría absoluta del Partido Popular. Solo un Congreso, el de julio del año 2000, del que salió una nueva dirección y un nuevo proyecto capaz de superar el felipismo, hizo posible que el PSOE pudiera regresar a la Moncloa.
A la luz de lo ocurrido en las últimas semanas en el seno del PSOE, y salvando las distancias, da la impresión de que los partidos, al igual que los humanos, son capaces de tropezar dos veces con la misma piedra. Lee el resto de esta entrada »
Bin Laden muerto: ni Justicia, ni seguridad, ni reelección
El domingo 1 de mayo de 2011 pasará a la Historia como el día en el que Estados Unidos acabó, tras una década de incansable búsqueda, con su enemigo público número uno, el supervillano que encarnaba las obsesiones de toda una sociedad: Osama Bin Laden. Las consecuencias de su muerte están por escribir, como también lo está la historia de una persecución, hallazgo y ejecución plagada, hasta el momento, de incógnitas. Estamos, por tanto, en un tiempo de reacciones de urgencia y reflexiones casi a ciegas que, sin embargo, han conducido mayoritariamente a tres conclusiones: se ha hecho Justicia, el mundo es más seguro y Obama ha logrado su reelección. ¿Es cierto?
La Justicia del ojo por ojo. Un hombre ha sido ejecutado en una operación orquestada por un Estado. Se trata de una realidad que no debería verse condicionada por el hecho de que la víctima fuera uno de los terroristas más sanguinarios y el verdugo, la primera potencia mundial. Osama Bin Laden no ha muerto, ha sido asesinado. Lo que parece una obviedad no lo es, sin embargo, a ojos de buena parte de la comunidad internacional que emplea la palabra Justicia como lema de la celebración de una ejecución extrajudicial. Los SEALs dispararon contra un hombre que «no iba armado, pero intentó defenderse”, fuera cual fuera la orden recibida. La Historia demuestra que el concepto de Justicia al otro lado del Atlántico no renuncia a la aplicación estricta de la «doctrina del ojo por ojo», pero la tradición europea no ampara esa opción. La vieja Europa y su moral no deberían contagiarse de los gustos del “salvaje oeste”. Lee el resto de esta entrada »
Esperpento Troitiño
Cansados como estamos de escuchar aquello de la necesidad de respetar las decisiones de la Justicia, cuando el pasado día 13 supimos de la excarcelación del etarra Antonio Troitiño, muchos optamos por el silencio. Que determinados resquicios legales permitan que autores de 22 asesinatos salgan de prisión tras cumplir 24 entre rejas, no gusta, pero una vez asumido que la Justicia es ciega y en ocasiones también insensible, uno acaba pensando que las cosas son así. Claro, que todo cambia cuando, apenas unos días después, el mismo tribunal, haciendo del “donde dije digo, digo Diego” su santo y seña, convierte una excarcelación exprés en una orden de busca y captura con billete de vuelta al trullo. Porque esto ya, y que me perdonen los jueces, no hay quien lo entienda.
Y es que cuesta mucho entender que errores judiciales o interpretaciones erróneas de leyes confusas dejen en la calle a terroristas con 22 asesinatos a sus espaldas, siempre y cuando sea evitable. Es difícil comprender también que no existan suficientes elementos de comunicación entre Tribunales como para evitar que la lentitud a la hora de publicar una sentencia facilite el error. Y tampoco se entiende que dos secciones de lo penal de la Audiencia Nacional apliquen criterios distintos a etarras con mismas condenas. A eso se le llama inseguridad jurídica, algo propio de países tercermundistas y repúblicas bananeras. Y algo que no es bueno ni para el conjunto de la población, con las víctimas al frente, ni para los propios condenados para los que la Justicia más que una dama con los ojos vendados, acaba siendo una suerte de ruleta en la que, según el crupier, en ocasiones ganan rojas y en otras, negras. Lee el resto de esta entrada »
ETA. El hacha y la serpiente.
Corría marzo del año 2003 cuando la sala del 61 del Supremo decidía por unanimidad la ilegalización de Batasuna. En su auto, los magistrados señalaban que esta formación y sus antecesoras Herri Batasuna y Euskal Herritarrok eran “una creación de ETA y un instrumento erigido por la misma para aprovechar los recursos democráticos y (…) legitimar, justificar y generalizar los efectos de la violencia terrorista”. El Supremo ponía negro sobre blanco lo que hasta entonces había sido para muchos un secreto a voces. Recurriendo a la simbología de la banda y a la luz del auto de la sala del 61, ETA estaba compuesta por dos elementos íntimamente ligados: el hacha, encargada de los atentados, los secuestros y la extorsión; y la serpiente, dedicada a inocular sobre la sociedad el veneno del terrorismo aprovechándose de las ventajas del Estado de derecho.
La evolución vivida desde el año 2003 por el hacha no nos invita a ser optimistas. Más allá de su situación de debilidad y de la declaración de alto el fuego del pasado 5 de septiembre, ETA parece dispuesta a seguir matando. El tiroteo en Francia y la detención de tres etarras en Gipuzkoa confirman, por una parte, que los integrantes de la banda siguen sin tener reparos a la hora de empuñar un arma y por otra, que ETA mantiene intactas sus redes de abastecimiento de explosivos. No es un buen augurio. De hecho, las fuerzas de seguridad trabajan sobre la hipótesis de que la banda está reorganizándose para volver a actuar.
La hipótesis de que en el seno del hacha pervive su pulsión asesina es compartida por la serpiente. A diferencia de lo que ha ocurrido con su hasta hace poco inseperable compañera de viaje, la serpiente quiere darnos a entender que ha evolucionado. O mejor dicho, insiste en decirnos que está en ello. Lee el resto de esta entrada »
Rajoy… o no
Rajoy no sabe o no contesta. O mejor dicho, no quiere. Aconsejado por sus gurús electorales, el lider del Partido Popular ha optado por no moverse, no vaya a ser que una vez más se quede sin salir en la foto. Desde hace meses Rajoy no dice, no opina, no propone, ni dispone con tal de no tropezar en el viaje sobre el alambre de la ambigüedad que se ha trazado con pretendido destino en Moncloa. Y sobre ese alambre o tras él, permance agazapado. Así, hasta la victoria final. O no.
Como si de una promoción de grandes almacenes se tratara, la última, ha sido la semana fantástica de la ambigüedad de Rajoy. Ocho días de oro de muchas vaguedades y ninguna propuesta. Todo comenzó el lunes, en su entrevista en la Cadena SER. En ella, el lider de los populares reclamó la celebración de elecciones anticipadas, para unos segundos después rechazar la presentación de una moción de censura porque solo introduciría inestabilidad en tiempos de crisis; consideró que las cosas no han cambiado sustancialmente tras el anuncio de que Zapatero no volverá a presentarse a las elecciones, pero afirmó que ese hecho nos ha introducido en una grave situación de interinidad; aseguró que respalda la política antiterrorista del gobierno, pero expresó su apoyo a una manifestación contra esa política terrorista; apoyó esa marcha, pero no aclaró si acudiría aunque invitó a los demás a hacerlo; respaldó el recurso del Partido Popular contra la ley del matrimonio homosexual, aunque aseguró no tener una postura definida sobre el tema; y afirmó que acatará la decisión de cualquier tribunal, para después defender que mantendrá en las listas a Francisco Camps aunque se inicie un juicio contra él porque «no todos los casos son iguales». Lee el resto de esta entrada »
Políticos de mierda
Los políticos están preocupados. Observan con alarma una cada vez mayor desafección por la política. Se sienten rechazados e incomprendidos y advierten de que ese distanciamiento de la sociedad hacia su labor es el caldo de cultivo propicio para el populismo y las opciones más radicales. Están en lo cierto. Sin embargo, a la hora de buscar responsables, los políticos miran para otro lado. A cualquier lado menos al espejo. Y a quien les obliga a mirarse a sí mismos le acusan de demagogia. Pido perdón por adelantado a sus señorías, porque hoy voy a ser demagogo. Mucho.
La última oportunidad para cabrearnos con la casta política nos la ha brindado el Parlamento Europeo. Este miércoles, sus integrantes decidían por abrumadora mayoría rechazar una congelación de su sueldo, sus dietas y lo que ha resultado aún más indignante, su derecho a volar en primera clase a cuenta de nuestros impuestos. No hay dinero para más becas Erasmus o infraestructuras, pero sí para pagar dietas de más de 300 euros por cada jornada de trabajo en la eurocámara y billetes en Business, de esos que suman puntos para poder volar gratis con la familia en verano. Lee el resto de esta entrada »
La interinidad, el calendario y Zapatero
Interinidad. Es la palabra de moda en Génova 13, el mantra al que recurren estos días los líderes del Partido Popular, con Mariano Rajoy a la cabeza, como si de tanto repetirlo fuera a hacerse realidad. Zapatero, dicen, ya no manda, está a la espera de lo que tenga que llegar, está supliendo a su sucesor. ¿Se lo creen? Posiblemente no, pero, por ahora, el manual de consignas recomienda su uso. ¿Estaba Aznar en una situación de interinidad en su segunda legislatura? ¿Lo están los presidentes estadounidenses en su segundo mandato? Nadie lo diría. De hecho, liberarse de la presión de las urnas, es un buen argumento para tomar decisiones que en otras circunstancias no se hubieran tomado. Hablar de interinidad es, por tanto, una moda pasajera. Zapatero pretende agotar la legislatura y reclamar elecciones anticipadas es un gesto inútil. Fuego de artificio con fecha de caducidad.
Si de algo ha demostrado tener conocimiento Zapatero es del manejo de los tiempos. Y esta vez el lider socialista cree volver a tener al calendario de su lado. Si a los indicadores que parecen dar motivos para la esperanza (aumento de las afiliaciones a la Seguridad Social, crecimiento de las exportaciones y buenas expectativas en el sector del turismo) se le suma la libertad para llevar a cabo reformas de la que goza tras su anuncio, Zapatero puede pensar que para las próximas generales la salida de la crisis estará ya relativamente encarrilada. Como ya comentamos aquí, al inquilino de la Moncloa no le debería importar quemar sus barcos si con ello deja el terreno abonado a los suyos y al mismo tiempo esboza la imagen con la que será recordado en el futuro. En ese sentido, los cálculos de Zapatero podrían no estar mal encaminados. Más aún si a una mejoría de la situación económica se le añaden avances sustanciales en el proceso terminal de ETA. Lee el resto de esta entrada »